viernes, 10 de mayo de 2013

La construcción de la propia imagen



                              
La construcción de la propia imagen es un asunto complejo que está constituido por una serie de habilidades psicológicas que van desde las perceptivas y atencionales (cognitivas), hasta las socio-emocionales y lingüísticas. La construcción de su identidad pasa en primer lugar por la compresión y asimilación del propio cuerpo (destacando el rostro).

Según expuso Revilla (2003): "El primer elemento que ancla nuestra identidad es el cuerpo. La fuente del hecho de la identidad está en el cuerpo, pues son la continuidad corporal, la apariencia física y la localización espacio-temporal los que sirven como criterios para la asignación de una identidad continua en tanto seres corporeizados desde un punto de vista fenomenológico."

De esta manera, creo importante destacar que la representación o imagen del cuerpo se construye, no se nace con ella. Es un hecho relacional y simbólico que se forma en conexión con los otros.
Existe un mecanismo fundamental para la creación de esa imagen corporal y de la identidad personal: LA MIRADA.
El papel de la mirada, tanto propia como ajena, sobre el cuerpo marca la aparición de esa representación.
A través de ella, el sujeto se observa por primera vez, y también puede ver que otros le miran.

Durante los primeros años de vida se dan los primeros pasos fundamentales para la creación de esa imagen corporal. Así, es especialmente importante la relación del bebé con las personas con las que mantiene vínculo. A través de la mirada de la madre o del padre, el niño descubre su propio cuerpo, o al menos descubre los efectos que su cuerpo crea en los demás.
Esto me recuerda a una frase célebre dicha por un psicoanalítico inglés, Donald Woods Winnicott: "El primero espejo es el rostro de la madre".
Gracias a la mirada se puede conocer no sólo cómo te ven los demás desde su punto de vista, sino cuáles son las actitudes que le gustan o no de ti. 
Cuando el niño se va haciendo va más mayor y va comprendiendo el sentido de la mirada, puede ser capaz de deducir si está haciendo algo de agrado para los demás o si por el contrario no están muy de acuerdo con sus actitudes o acciones.

Desde mi punto de vista, la representación del cuerpo que la persona adquiere en su contacto con los otros, construye una parte importante de la identidad del sujeto, la cual cambia a lo largo de la vida.
El cuerpo, especialmente su representación mental, no es por tanto, solamente un logro físico, sino también simbólico.


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